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Hay una acción que todos podemos
hacer de manera innata: nuestra opción para escoger, para elegir el camino que
queremos. Desafortunadamente, no siempre ese camino elegido es el mejor.
Lo anterior se hace
evidente en la manera en que hemos venido tratando al Planeta Tierra desde hace
muchísimo tiempo y ello ha traído consecuencias negativas al mismo. Estoy muy
convencido que entre todos podemos realizar acciones que conlleven a rescatar al
Planeta de esas amenazas antropogénicas y es allí en donde entra a jugar un
papel primordial la capacidad de concientización y de actuación que cada uno de
nosotros tengamos con respecto al tema. Estoy de acuerdo con el Proverbio
Africano que dice: "Si queréis ir
rápido, id solos; si queréis ir lejos, id juntos". Es indudable que si
todos nos ponemos de acuerdo para tratar de enmendar nuestros propios errores
ambientales antes que sea demasiado tarde, seguramente podremos ir al rescate
de esta caja de supervivencia que es nuestro hogar.
Todavía
estamos a tiempo de poder establecer acciones que se encaminen a mitigar,
evitar y recuperar de tal forma que haya un equilibrio climático y una
integridad ambiental que impida el aumento de la crisis climática. Esto hace relevante
la necesidad de ir al rescate de la supervivencia de nuestra civilización. Créanme,
la esperanza de que aún estamos a tiempo de hacer algo es la que evitará la
inacción de muchos, la indiferencia de demasiados y la intolerancia ambiental
de incontable número de personas. “La
esperanza es el sueño del hombre despierto” (Aristóteles). Si nos atreviésemos
a despertar, a actuar a favor de enfrentar entre todos la crisis climática, si
fuéramos capaces de alzar nuestras voces en contra de aquellos que actúan egoístamente
-afectando el medio ambiente para apoderarse de recursos y seguir enriqueciéndose
personalmente-, si tuviésemos la gallardía para actuar diariamente con
acciones, sencillas pero contundentes, seguramente lograríamos ganar la batalla
para resolver la crisis climática en la que nos hemos abocado. No es fácil ese
camino pero efectivamente no imposible de hacer.
¿Por
qué digo que estamos a tiempo de resolver la crisis climática que amenaza la
estabilidad del Planeta Tierra? ¿Realmente es el hombre quien ha provocado esta
crisis? ¿Podemos ir al rescate de nuestra forma de vida, de nuestro Planeta y
de las condiciones estables que garanticen la supervivencia? Ciertamente es el
hombre quien se ha encargado de emitir una incontable cantidad de contaminantes
que han ido afectando y deteriorando la atmósfera, apresando el calor
conllevando de esta forma al ascenso de la temperatura del aire, de la
superficie terrestre y de los océanos. A pesar de esto, las causas son fáciles
de entender y cuando se conocen las causas se podrá actuar para evitar
consecuencias más desastrosas. Es el hombre entonces quien puede ir al rescate
de la forma de vida que le garantice su continuidad sostenible en el Planeta.
Como
causas del calentamiento global producido por actividades antropogénicas tenemos:
1)
El dióxido de
carbono, producido por la cultura de la quema de combustibles fósiles
(petróleo, carbón, gas natural), es el mayor responsable de la contaminación
atmosférica que a su vez está causando la crisis climática. A esto se le
adiciona la costumbre negativa de la deforestación y quema de bosques y suelos.
¿Se puede controlar y erradicar? La respuesta es contundente: SI, SI, SI, aunque
se requiera de mucho tiempo para “sacar” el CO2 emitido a la
atmósfera, esto se puede hacer si se corta inmediatamente con esa actividad
altamente riesgosa, contaminante y asesina.
2)
El metano. Más
de la mitad del metano producido por el hombre proviene de las actividades
agropecuarias (ganado, arroz, entre otros). ¿Se puede controlar y erradicar? La
respuesta es contundente: SI, SI, SI. Existen acciones encaminadas a capturar
el metano con fines energéticos.
3)
Los Halocarburos
(clorofluorocarbonados – CFC). A pesar de que muchos de ellos han venido siendo
regulados, todavía tienen un alto potencial de uso y de contaminación. ¿Se
puede controlar y erradicar? La respuesta es contundente: SI, SI, SI. Hay que
eliminarlo porque todavía representa alrededor del 13% del problema total.
4)
El monóxido de
carbono y los compuestos orgánicos volátiles (COV). La industria automovilística
es la que más contribuye a su aparición aunque también con la quema de la
biomasa. ¿Se puede controlar y erradicar? La respuesta es contundente: SI, SI,
SI.
5)
El óxido
nitroso. Este contaminante proviene de los fertilizantes nitrogenados empleado
en las actividades agrícolas. Esto ha multiplicado la cantidad de nitrógeno del
ambiente convirtiéndolo en otro peligro para la supervivencia. ¿Se puede
controlar y erradicar? La respuesta es contundente: SI, SI, SI. Por supuesto
que se pueden ejecutar actividades que eliminen su uso.
6)
El hollín o
carbono negro. Es necesario establecer que no se trata de un gas sino más bien
de partículas de carbono extremadamente pequeñas como las vistas en el humo de
las chimeneas. La quema de bosques y pastizales contribuyen a su aparición, así
como la de desechos agrícolas. ¿Se puede controlar y erradicar? La respuesta es
contundente: SI, SI, SI…esto se logrará reduciendo y luego eliminando estas
actividades que provocan su aparición.
Es
fácil observar entonces que una vez conocidas las causas del calentamiento
global a través de los contaminantes atmosféricos emitidos por las actividades
antropogénicas, podremos ir al rescate de nuestro Planeta Tierra garantizando
con esto no solo la supervivencia de nuestra civilización, sino la
sostenibilidad de nuestro hogar. ¿Cómo podemos hacerlo? Siendo valientes al
reducir y posteriormente erradicar su uso a pesar de las implicaciones
económicas para un grupo reducido de personas e instituciones.
Ing. Omar Karim Medina Chadid
29/dic/2017