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Bogotá, 8 de septiembre de 2018
El
hombre, desde que ha existido, desde que aprendió a observar a la naturaleza,
se dio cuenta que muchas de ellas funcionan de alguna manera y fue allí cuando
empezó a analizar todo lo que lo rodeaba para dar una explicación del por qué y
cómo funcionan las cosas en la naturaleza y qué estrategias y herramientas
necesita para que eso se desarrolle. Una de esas herramientas con las cuales el
hombre ha contado desde hace innumerables siglos son los números y darle su
aplicación fue propio de las matemáticas. Sin embargo, son muchos para los que
en esta época, las matemáticas representan un martirio constante en sus vidas y
en especial para los estudiantes, que las ven como un dolor de cabeza, como un
talón de Aquiles en sus estudios. Todo lo anterior me lleva a hacer la
siguiente reflexión: ¿sirven las matemáticas para cualquier actividad que se
desarrolle en la vida? La respuesta a este interrogante, me permitirá sentar
las bases para afirmar contundentemente que “las matemáticas han hecho y
seguirán siendo parte importante e imprescindible de la vida humana sin
importar si se les quiere o no o si se considera que tienen aplicación en todos
los aspectos o ámbitos humanos”. Es decir, por siempre y para siempre los
números y las matemáticas harán parte del desarrollo de cualquier actividad de
los seres humanos, sin importar lo que haga. En esta ocasión, nos vamos a
apoyar en el libro del italiano Carlo Frabetti: “Malditas Matemáticas. Alicia en el país de los números”. Este escritor
y matemático italiano buscó divulgar la literatura científica entre los niños y
en este libro muestra magistralmente su creatividad para hacer una adaptación
del libro de Lewis Carrol (Alicia en el país de las maravillas) hacia las
matemáticas mostrando el aburrimiento que siente inicialmente Alicia al
estudiar las matemáticas, al creer que ellas no sirven para nada.
El
hombre, a diferencia de las otras especies del reino animal, del dominio
Eukarya, tiene la capacidad de pensar, de analizar, de crear, de imaginar, de
hacer muchísimas actividades que lo impulsan a vencer, cada día, la meta que se
puso el día anterior. Desafortunadamente, también hay que decirlo, es capaz de
asesinar por placer, de arrasar culturas por su sed de poder, de arrastrar a
otros hacia guerras interminables... Todo esto es debido a la naturaleza
complicada del hombre la cual lo hace un ser con potencial para construir y para
ser autodestructivo. Recuerdo haber leído sobre el “Mito de la Caverna” de
Platón en donde magistralmente muestra a los hombres encadenados en una cueva
oscura en donde lo único que podían ver eran sus propias sombras reflejadas en
la pared de esa caverna; uno de esos prisioneros logra salir a la superficie y
encuentra que hay muchas opciones afuera, cosas de las cuales no tiene conocimiento.
Los hombres en la cueva nos muestran el mundo sensible, el mundo dominado por
los órganos de los sentidos, en donde los seres humanos solo ven lo que quieren
ver o lo que quieren oír. El mundo exterior es el mundo de las ideas, de la
razón, del conocimiento, el que enseña a analizar y a ser críticos. Pero no
corresponde ahora interpretar el escrito de Platón sino el cómo lo relacionamos
con el tema que nos concierne. Lo que quiero exponer es que la naturaleza
complicada del hombre hace que él mismo se ponga barreras para no entender las
verdaderas funciones y consecuencias de las cosas. Una de ellas son las muros
que le llevan a estar predispuesto a no entender la razón de ser de las
matemáticas, el verla como algo aburrido como lo hizo en un principio Alicia,
cuando en el parque trataba de estudiar matemáticas y con rabia se decía que
era mejor jugar o leer libros de aventuras, que era mejor no perder el tiempo
con las matemáticas; es donde se dice (y no solo ella sino una gran cantidad de
niños y adultos) que las matemáticas no sirven para nada y confieren la
expresión, que no comparto de “malditas matemáticas”.
Se
necesita a veces de ese hombrecito que venga al rescate, de ese poeta
matemático para que ayude a aclarar el por qué las matemáticas son necesarias
para los seres humanos; el por qué ellas siempre han coexistido con el hombre y
que lo harán por siempre. Pero la tarea no es fácil precisamente por esa
predisposición a ver las matemáticas como una tortura que llega hasta los
huesos. Y precisamente, para el hombrecito poeta y matemático no le fue fácil
explicarle a Alicia el por qué eran importantes las matemáticas y utiliza, en
un comienzo, una metáfora de contar ovejas que Alicia lo vio como algo
presumiblemente fácil pero que mostraba precisamente el origen de las
matemáticas. Es allí, cuando Alicia (que representa a la mayoría de los niños
con fobia hacia las matemáticas) le pide otro cuento a lo que el hombrecito la
invita a recorrer el país de los números. Es así como verdaderamente se
deberían hacer las cosas, en mostrar su utilidad a través de aventuras
demostrativas y qué mejor que hacer un recorrido adaptado de una de las obras
más famosas de todos los tiempos como lo es “Alicia en el país de las
maravillas”, en donde Alicia, la de nuestro actual cuento, va a analizar, a
pensar y a concluir el maravilloso mundo de los números y de su empleo en todas
las actividades del hombre. Entonces entran en su viaje, para hacerlo más
rápido, a través de un agujero de gusano, que en física también es conocido
como puente de Einstein-Rosen, el que vimos en películas como “Thor”
o como sabemos del que habla el genio Anthony Hawking….este es un atajo en el
espacio tiempo y aquí se emplean indudablemente las matemáticas…es la
posibilidad de viajar en el tiempo empleando las matemáticas…qué maravilla. Llegan
de esta forma a un bello jardín que Alicia confundió con el jardín del país de
las maravillas pero que el matemático la hace caer en cuenta que es el país de
los números mostrándole, de una manera práctica y sencilla la utilidad de los
números pares (2n), de los impares (2n+1) y de los números primos. Alicia capta
inmediatamente el tema por estar en esa aventura llamada “el país de los
números”. Le explica la Criba de Eratóstenes; la topología para ver las
propiedades de las figuras (a través de la metáfora del conejo blanco en el
laberinto); el minotauro le enseña a multiplicar correcta y divertidamente; igualmente,
le enseñó, a través de otra metáfora, la de un suelo alfombrado de granos de
trigo en un desierto, la utilidad del cero y cómo sumar y restar grandes
cantidades.
Es muy divertido ver y aprender las matemáticas de esta forma.
Siguiendo por ese entretenido recorrido, hacen la diagonal
del bosque del número para encontrarse con el sombrerero loco, la liebre de
Marzo y el lirón en donde Alicia, aprendió el origen de las décimas, centésimas
y milésimas. Es claro que para nosotros es muy importante el saber de dónde
vienen las cosas. Justamente, esa es una de las preguntas que el hombre siempre
se ha hecho: ¿de dónde venimos?. A través de la sonrisa enigmática, el
matemático poeta le explicó a Alicia sobre las unidades de masa, peso, volumen,
el kilo y el litro. Es muy ingenioso el autor, Carlo Frabetti, cuando explica,
el cuadrado mágico y los signos del 1 al 9 que lo componen, siguiendo la
diagonal del gran cuadrado de árboles fosforescentes del bosque mágico. Aparece
entonces el matemago para hacer sus trucos matemáticos en donde Alicia aprende
el concepto de divisibilidad, de potenciación, de múltiplos, de exponenciación…todo
esto lo ordenó en una ingeniosa tabla de fácil comprensión para Alicia. La
serie de Fibonacci, que fue mostrada espectacularmente en el libro “El Código
Da Vinci” de Dan Brown, acá es mostrado divertidamente por Frabetti a través de
los conejos Fibonacci.
Así como Alicia realizó este recorrido, debemos hacerlo todos
para que nos demos cuenta que las matemáticas no son para nada aburridas, y,
así como lo hizo Alicia, nos demos cuenta de los divertidas y útiles que son en
nuestras vidas. Tal como Alicia despertó de su sueño en donde cambió su
concepto hacia las matemáticas, así podemos hacerlo todos. Las matemáticas
hacen parte de nuestras vidas cotidianas, en todas las actividades que hacemos
y debemos aprender a convivir divertidamente con los números y con ellas. Si
vamos a la tienda sin saber sumar, multiplicar, dividir o restar, muy
seguramente podemos salir engañados (recuerden la naturaleza complicada del
hombre que lo va a llevar a “aprovecharse” de cualquier situación); si nos
vamos de paseo y no hacemos cuenta de los gastos que se van a tener, con
seguridad vamos a tener problemas; es necesario hacer un presupuesto de gastos
e ingresos en nuestra vida familiar porque de ello dependerá el que no pasemos
“sofocos” innecesarios; si vamos a salir a vender productos en las calles o
casa por casa, se requiere de las matemáticas para que nos vaya bien; si nos
dedicamos a ser boxeadores o atletas para ganarnos la vida, requerimos de las
matemáticas para que no aparezcan algunos abusivos que se encargan de robarnos
el dinero que con tanto esfuerzo hemos logrado La verdad es que podría enumerar
todas las actividades que el hombre realiza y con toda seguridad puedo decir
que estarán presentes y serán necesarias las matemáticas en ellas. Las
estrategias de los docentes para enseñar las matemáticas son variadas, solo
falta que las hagan divertidas para que se cambie completamente el concepto y
el miedo que se le tienen y lo importante que son en nuestras vidas. Solo así
podemos afirmar que las matemáticas han hecho y seguirán siendo parte
importante e imprescindible de la vida humana y que esto las hace importantes
para nuestras vidas. Solo así podremos salir
de esa cueva en la que estamos encadenados mirando nuestra propia sombra y lanzar
la expresión, con un grito bien potente, que estremezca los cimientos de la
vida: “benditas matemáticas”.
Lista
de Referencias
Fabretti,
C. (2000). Malditas Matemáticas. Alicia
en el país de las maravillas. Madrid: Alfaguara S.A.
Platón
(1982). El Mito de la Caverna.
República VII. Textos de los grandes filósofos. Edad antigua. Barcelona,
p.26-30. Recuperado de http://www.webdianoia.com/platon/textos/platon_caverna.htm
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