viernes, 29 de diciembre de 2017

"AL RESCATE"

********************************************************

Hay una acción que todos podemos hacer de manera innata: nuestra opción para escoger, para elegir el camino que queremos. Desafortunadamente, no siempre ese camino elegido es el mejor.

Lo anterior se hace evidente en la manera en que hemos venido tratando al Planeta Tierra desde hace muchísimo tiempo y ello ha traído consecuencias negativas al mismo. Estoy muy convencido que entre todos podemos realizar acciones que conlleven a rescatar al Planeta de esas amenazas antropogénicas y es allí en donde entra a jugar un papel primordial la capacidad de concientización y de actuación que cada uno de nosotros tengamos con respecto al tema. Estoy de acuerdo con el Proverbio Africano que dice: "Si queréis ir rápido, id solos; si queréis ir lejos, id juntos". Es indudable que si todos nos ponemos de acuerdo para tratar de enmendar nuestros propios errores ambientales antes que sea demasiado tarde, seguramente podremos ir al rescate de esta caja de supervivencia que es nuestro hogar.

Todavía estamos a tiempo de poder establecer acciones que se encaminen a mitigar, evitar y recuperar de tal forma que haya un equilibrio climático y una integridad ambiental que impida el aumento de la crisis climática. Esto hace relevante la necesidad de ir al rescate de la supervivencia de nuestra civilización. Créanme, la esperanza de que aún estamos a tiempo de hacer algo es la que evitará la inacción de muchos, la indiferencia de demasiados y la intolerancia ambiental de incontable número de personas. “La esperanza es el sueño del hombre despierto” (Aristóteles). Si nos atreviésemos a despertar, a actuar a favor de enfrentar entre todos la crisis climática, si fuéramos capaces de alzar nuestras voces en contra de aquellos que actúan egoístamente -afectando el medio ambiente para apoderarse de recursos y seguir enriqueciéndose personalmente-, si tuviésemos la gallardía para actuar diariamente con acciones, sencillas pero contundentes, seguramente lograríamos ganar la batalla para resolver la crisis climática en la que nos hemos abocado. No es fácil ese camino pero efectivamente no imposible de hacer.

¿Por qué digo que estamos a tiempo de resolver la crisis climática que amenaza la estabilidad del Planeta Tierra? ¿Realmente es el hombre quien ha provocado esta crisis? ¿Podemos ir al rescate de nuestra forma de vida, de nuestro Planeta y de las condiciones estables que garanticen la supervivencia? Ciertamente es el hombre quien se ha encargado de emitir una incontable cantidad de contaminantes que han ido afectando y deteriorando la atmósfera, apresando el calor conllevando de esta forma al ascenso de la temperatura del aire, de la superficie terrestre y de los océanos. A pesar de esto, las causas son fáciles de entender y cuando se conocen las causas se podrá actuar para evitar consecuencias más desastrosas. Es el hombre entonces quien puede ir al rescate de la forma de vida que le garantice su continuidad sostenible en el Planeta.

Como causas del calentamiento global producido por actividades antropogénicas tenemos:

1)      El dióxido de carbono, producido por la cultura de la quema de combustibles fósiles (petróleo, carbón, gas natural), es el mayor responsable de la contaminación atmosférica que a su vez está causando la crisis climática. A esto se le adiciona la costumbre negativa de la deforestación y quema de bosques y suelos. ¿Se puede controlar y erradicar? La respuesta es contundente: SI, SI, SI, aunque se requiera de mucho tiempo para “sacar” el CO2 emitido a la atmósfera, esto se puede hacer si se corta inmediatamente con esa actividad altamente riesgosa, contaminante y asesina.

2)      El metano. Más de la mitad del metano producido por el hombre proviene de las actividades agropecuarias (ganado, arroz, entre otros). ¿Se puede controlar y erradicar? La respuesta es contundente: SI, SI, SI. Existen acciones encaminadas a capturar el metano con fines energéticos.

3)      Los Halocarburos (clorofluorocarbonados – CFC). A pesar de que muchos de ellos han venido siendo regulados, todavía tienen un alto potencial de uso y de contaminación. ¿Se puede controlar y erradicar? La respuesta es contundente: SI, SI, SI. Hay que eliminarlo porque todavía representa alrededor del 13% del problema total.

4)      El monóxido de carbono y los compuestos orgánicos volátiles (COV). La industria automovilística es la que más contribuye a su aparición aunque también con la quema de la biomasa. ¿Se puede controlar y erradicar? La respuesta es contundente: SI, SI, SI.

5)      El óxido nitroso. Este contaminante proviene de los fertilizantes nitrogenados empleado en las actividades agrícolas. Esto ha multiplicado la cantidad de nitrógeno del ambiente convirtiéndolo en otro peligro para la supervivencia. ¿Se puede controlar y erradicar? La respuesta es contundente: SI, SI, SI. Por supuesto que se pueden ejecutar actividades que eliminen su uso.

6)      El hollín o carbono negro. Es necesario establecer que no se trata de un gas sino más bien de partículas de carbono extremadamente pequeñas como las vistas en el humo de las chimeneas. La quema de bosques y pastizales contribuyen a su aparición, así como la de desechos agrícolas. ¿Se puede controlar y erradicar? La respuesta es contundente: SI, SI, SI…esto se logrará reduciendo y luego eliminando estas actividades que provocan su aparición.

Es fácil observar entonces que una vez conocidas las causas del calentamiento global a través de los contaminantes atmosféricos emitidos por las actividades antropogénicas, podremos ir al rescate de nuestro Planeta Tierra garantizando con esto no solo la supervivencia de nuestra civilización, sino la sostenibilidad de nuestro hogar. ¿Cómo podemos hacerlo? Siendo valientes al reducir y posteriormente erradicar su uso a pesar de las implicaciones económicas para un grupo reducido de personas e instituciones.
Ing. Omar Karim Medina Chadid

29/dic/2017


miércoles, 29 de noviembre de 2017

Colombia en la Cumbre Mundial de Cambio Climático COP21

********************************************************

Ver video en el siguiente link:

https://www.youtube.com/watch?v=dRhawihDDiw

lunes, 11 de septiembre de 2017

¿Cambio de actitud?

********************************************************
“No podemos seguir tratando la vida en nuestro planeta Tierra como una fábula porque seguramente la Moraleja o Sentencia castigará a los animales protagonistas de la misma” .

Esta es la expresión con la que finalicé mi artículo anterior y con la que comienzo el presente porque considero que la forma con que tratamos a nuestro hogar -al Planeta Tierra - dista mucho de lo que nosotros colocamos como parámetros de inteligencia para separarnos del resto de animales.

Pasan los segundos, pasan las horas, pasan los días, pasan los años... y no se observan cambios en la actitud de los habitantes del Planeta Tierra y muy seguramente porque la indiferencia ha alcanzado límites impensables, y, peor aún, insostenibles. 

La heterogeneidad que caracteriza las conductas ambientales de los seres humanos es abismal. Mientras hay algunos que actúan desenfrenadamente arrasando los recursos sin importar las consecuencias, hay otros que actúan con las manos amarradas por el poder que tienen algunas personas e instituciones de carácter económico...pero también hay otros que simplemente les es indiferente lo que le suceda al Planeta y a lo que les podamos dejar a nuestros descendientes.

Es muy fácil observar que nuestra conciencia ambiental se distancia mucho de las variables cíclicas que la componen: La Variable Cognitiva - en la que están las ideas y creencias - está abrazada a los inetereses económicos, los cuales prevalecen antes que cualquier intento de desarrollo sostenible; La Variable Afectiva - en la que podrían encontrarse los sentimientos y afectos - muestra que no queremos lo suficiente a nuestro Planeta Tierra porque la inmensa mayoría de nuestras actividades impacta negativamente los recursos presentes y futuros; y La Variable Conductual nos presenta como seres crueles al tener conductas claramente reprochables contra el medio ambiente.

Creo que no debemos caer en encajar en la Teoría de la Disonancia Cognitiva, propuesta por Festinger en 1957, en la que empecemos a autojustificarnos recurriendo a argumentos sin sentido para tratar de argumentar, de manera insuficiente, nuestro papel como partícipes y jueces en la conducta que tenemos en contra de nuestras propia subsistencia.  No debemos mantener al mismo tiempo dos creencias altamente contradictorias, como por ejemplo, decir que extraer recursos naturales si causa impactos negativos al medio ambiente y al unísono gritar que lo bueno es que es para el desarrollo económico de los pueblos.

A todas estas me pregunto: ¿será necesario un cambio de actitud para que nuestros hijos cuenten con los recursos que aún se nos ha dejado disfrutar?.

Figura 1. Educación Ambiental
Fuente: http://biogeotesttoni.blogspot.com.co/2015/06/2-ctm-el-medio-ambiente-y-el-desarrollo.html


Ing, MsC Omar Karim Medina Chadid
Bogotá, 11 de septiembre de 2017


miércoles, 12 de julio de 2017

“BULLYING AMBIENTAL, UNA MIRADA HACIA LA CONCIENTIZACIÓN AMBIENTAL”

******************************************************************************

Contrario a los que muchos se niegan a aceptar, ya sea porque no están bien informados al respecto, o porque escogen la indiferencia, o bien porque sus intereses económicos así lo exigen, el hombre ha estado realizando acciones que, de una u otra forma, están contribuyendo a cambiar paulatinamente el clima del planeta, el cual no tuvo más remedio que aceptarnos como sus huéspedes mal educados. Un rasgo de singular importancia concerniente a la naturaleza del hombre es su afán en resistirse a creer las proyecciones científicas simplemente porque existen otras que les inculcan ideas que niegan la posibilidad de que se estén dando situaciones que pueden sonar apocalípticas pero que no dejan de ser una realidad y que pueden hacer parte de la cotidianidad. Nos hemos acostumbrado a hacerle bullying al ambiente y esto es una situación supremamente peligrosa puesto que impediría emprender actividades que vayan en favor de proteger los recursos naturales y de actuar de manera sostenible. Es muy claro que el hombre, desde que ha existido ha mostrado una inclinación a tener una naturaleza egoísta, un impulso a conseguir cosas sin miramientos de efectos colaterales que se puedan provocar en el proceso. No digo que el hombre sea maléfico por naturaleza sino que tiene una naturaleza interna complicada que le permite a muchos construir pero también a otros destruir. Y es precisamente esa parte destructiva la que preocupa porque el bullying ambiental está derivando en consecuencias desastrosas e irreparables y lo peor es que “nos estamos haciendo los locos” ante esa situación.

Evidencias del Cambio Climático:

El Efecto Invernadero, es un fenómeno natural que permite que se mantenga una temperatura ideal que conserve “calientico” al planeta y que de lo contrario sería imposible sostener la vida tal como la conocemos; éste se produce porque los rayos del sol penetran a través de los gases que conforman la capa gaseosa de la Tierra (la atmósfera). Es posible porque estos gases no tienen color y por ende, los rayos llegan a la superficie de la tierra y del agua. Toda esta acción natural, que mantiene a su vez los procesos vitales del planeta, se está viendo afectada por los llamados gases de efecto invernadero – GEI – que están contribuyendo al calentamiento global; este aumento de la temperatura está provocando alteraciones en los fenómenos naturales que se dan en la primera de esas capas gaseosas: la troposfera. No olvidemos que el año 2016 fue el más caluroso de todos los registrados hasta el momento; el aumento de los huracanes, tormentas, ciclones y otros más, son evidencia de que algo le está pasando a nuestro clima mundial. “La razón por la que los científicos están preocupados es que el clima global de la Tierra está cambiando. […] el planeta se está calentando rápidamente, más rápido que nunca. Los científicos descubrieron que los humanos son los que causan este calentamiento” (NASA, 2010, Recuperado de https://www.nasa.gov/audience/forstudents/nasaandyou/home/climate_bkgd_sp.html).Y cada vez es mayor la incidencia antrópica como causal fundamental de este escenario. Esto es una verdad que incomoda a muchas personas aunadas a la escogencia de otras en continuar en el camino del analfabetismo en la concientización ambiental.

Estos cambios se están observando desde hace más de 100 años, en donde es posible apreciar el cómo la temperatura del planeta va en una curva ascendente sin que se vislumbre una frenada repentina que conduzca al equilibrio o, mucho menos, a un cambio hacia una tendencia decreciente en la misma. “En el último siglo, la temperatura global del aire cerca de la superficie de la Tierra aumentó casi 1,5°F. Once de los últimos doce años fueron los más calurosos. En los últimos 50 años, la Tierra se calentó dos veces más rápido que en los 50 años anteriores”. (NASA, 2010, Recuperado de https://www.nasa.gov/audience/forstudents/nasaandyou/home/climate_bkgd_sp.html). Debido a esos patrones climáticos es precisamente que es imposible no afirmar que el cambio climático esté llegando demasiado rápido. Lo anterior se puede apreciar en la Figura 1 en donde se muestra la media global del cambio de temperatura superficial entre 1880 y 2016, respecto a la media de 1951-1980. La línea negra es la media anual global y la roja es el suavizado Lowess de cinco años. Las barras azules de incertidumbre muestran un intervalo de confianza de 95%.


Figura 1. Temperatura media en la superficie terrestre
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Calentamiento_global

Pero a pesar de todas las evidencias presentadas, es también indiscutible que a una gran cantidad de personas no les interesa; están tan aferradas a sus trabajos, a su cotidianidad, a sus luchas diarias por sobrevivir, que no les importa lo que está sucediendo en materia de cambio climático, porque simplemente nos hemos acostumbrado a seguir unos patrones conductuales que mantienen la ceguera ante estos problemas, también atribuibles al egoísmo propio de la naturaleza humana que hace que no proteja los recursos para que su propia descendencia pueda igualmente emplearlos. No se vive, o más bien no se ha aprendido a vivir de manera sostenible para que las futuras generaciones eviten recibir una herencia en el que estén obligados a emprender guerras para conseguir agua; en el que les toque desplazarse de sus hogares para obtener alimentos naturales, cada vez más escasos; en el que estén obligados a agredirse unos a otros para sobrevivir.

Si a todo esto le sumamos que hay intereses económicos que han invertido millones de dólares para acallar las voces (o los gritos) de aquellos que pretenden mostrar científicamente el proceso de cambio climático provocado por la actividad antrópica, es posible que la lucha no sea tan fácil. Se ve que esta batalla apenas está comenzando - a pesar de que las consecuencias se están dando hace mucho tiempo-, puesto que pareciera que la balanza está fuertemente inclinada hacia los intereses económicos inmediatos en detrimento de la supervivencia del ser humano, de los recursos naturales y del planeta Tierra en general, con todos y sus habitantes vivos o no. ¡No desconozcamos los gritos desesperados que el planeta Tierra está haciendo!

Recordemos, y esto hace parte de nuestra historia, que el consumismo desbordado se aceleró con el surgimiento de la Revolución Industrial. Es decir, desde hace un poco más de dos siglos, se ha vuelto normal, para un mundo que cree en un desarrollo sin tener en cuenta la sostenibilidad ambiental, el explotar los recursos de una forma despiadada acompañada del surgimiento de un sistema político - económico mal manejado que, además de aumentar la brecha entre los propietarios y los trabajadores, entre la riqueza (concentrada en pocos) y la pobreza (concentrada en muchos), aumenta los problemas de contaminación, de impactos negativos y destrucciones que tienen al planeta en un punto en el que está reaccionando a esa forma perversa con la que le hemos tratado. ¿Será que no se puede hacer avances tecnológicos o desarrollarse industrial y económicamente sin menester de acabar con los recursos que nos provee gratuitamente la naturaleza? Mi respuesta a ese interrogante es con un contundente “Claro que si se puede”. Entre todos podemos y creo que si se empieza por aceptar que todo lo que se ha dicho (inclusive apocalípticamente hablando) es cierto, es real, está pasando, podremos empezar a trabajar unidos para proteger a nuestros hijos de una herencia valiosa para ellos y para sus descendientes: su vida.

¿Hay especies en vía de extinción o especies ya extinguidas? ¿Existen hábitats destruidos? ¿Se presentan desplazamientos de especies?…podremos hacernos infinidades de reflexiones e interrogantes al respecto y todas conducirían a una misma fuente: el hombre; el ser “pensante” que le permite diferenciarse del resto de animales pero que innegablemente es el que, de ellos, causa más daños, algunos irreparables, al planeta Tierra.

Una de las cualidades de la Inteligencia Emocional es tener habilidades sociales; es decir, tener la capacidad de relacionarnos con los demás así se tengan opiniones o pensamientos distintos. De igual manera, si queremos que las cosas mejoren, que haya una transformación significativa en nuestro actuar, debemos aprender a manejar la Inteligencia Ambiental, de tal forma que nos permita tener criterios y bases para comprender y proteger el papel de los recursos naturales en nuestro ciclo vital y erradicar de nuestro entorno el analfabetismo ambiental en el que se nos quiere introducir.

Ante todas estas situaciones, nos preguntamos: ¿cómo sabemos que el cambio climático es real? ¿Existen evidencias que permitan señalar que se está produciendo un cambio en el comportamiento del clima terrestre? Lo anteriormente expuesto es una demostración de eso. Sin embargo, son muchas las evidencias al respecto. De acuerdo al Intergovernmental Panel on Climate Change “La evidencia científica para el cambio climático es inequívoca” (NASA, 2017. Recuperado de https://climate.nasa.gov/evidence/). No olvidemos que los científicos de la NASA cuentan con satélites y sofisticados aparatos que les permiten hacer estudios serios para mostrar que afirmativamente existen pruebas de que el cambio climático está ocurriendo. El clima de la Tierra ha cambiado drásticamente a través de la historia y es demostrable el hecho que se han presentado siete ciclos de avances y retrocesos de los glaciares. La última era de hielo fue hace 7000 años en donde precisamente hace su aparición el clima moderno y la civilización humana, la cual, se ha demostrado que, está influyendo en la variación perceptible del clima de los últimos años. Es necesario añadir que el 97% de los científicos del clima están de acuerdo en que el hombre está influyendo drásticamente en que esa situación cambiante se esté acelerando y más cuando la concientización ambiental no es la esperada en términos de cambios de actitud, de pensamientos y, mejor aún, de políticas efectivas que conduzcan a evitar llegar al punto de inflexión o punto de no retorno que lograría implicaciones infaustas para el Planeta Tierra y para sus habitantes. En la Figura 2 se puede apreciar cómo ha ido aumentando el CO2 atmosférico desde que cogió impulso la Revolución Industrial en comparación de muestras atmosféricas contenidas en núcleos de hielo con muestras mucho más recientes. Se observa cómo el dióxido de carbono atmosférico pasó el nivel en el que se mantuvo por muchísimos siglos.

Figura 2. Comportamiento del CO2 atmosférico desde la Revolución Industrial
Fuente: Vostok ice core data/J.R. Petit et al.; NOAA Mauna Loa CO2 record https://climate.nasa.gov/evidence/

Y es que estos cambios lo que muestran es una tendencia clara de aumento, en contraposición a lo que la lógica diría si hubiese una concientización ambiental en pro de mitigar los impactos antrópicos. Uno de ellos es el aumento de la temperatura. La NASA (2017) afirma que:

La temperatura media de la superficie del planeta ha aumentado aproximadamente 1,8 grados centígrados desde finales del siglo XIX, un cambio impulsado en gran parte por el aumento del dióxido de carbono y otras emisiones producidas por el hombre en la atmósfera. La mayor parte del calentamiento ocurrió en los últimos 35 años, con 16 de los 17 años más cálidos registrados desde 2001. No sólo fue 2016 el año más caliente registrado, sino que ocho de los 12 meses que componen el año -de enero a septiembre, con excepción de junio- fueron los más calurosos registrados en los respectivos meses.

Otra evidencia clara es el aumento del nivel del mar puesto que éste, en todo el planeta, subió 20,32 cms en el siglo pasado. Sin embargo, esta ha cifra ha ascendido drásticamente.


Los testigos de sondeo, los registros de los mareógrafos y, últimamente, las mediciones por satélite demuestran que a lo largo del siglo pasado, el Nivel Medio del Mar (GMSL, por sus siglas en inglés) aumentó entre 10 y 20 centímetros. Sin embargo, la tasa anual de aumento durante los últimos 20 años ha sido de 3,2 milímetros, más o menos el doble de la velocidad media de los 80 años precedentes.

La anterior afirmación de la National Geographic (2010) confirma que es preocupante la situación por los efectos devastadores de ese escenario en los hábitats costeros que indudablemente es atribuible al calentamiento global por efecto de tres factores fundamentales: la dilatación térmica, el deshielo de los glaciares y de los casquetes polares y la pérdida de hielo en Groenlandia y en la Antártida Occidental. "No hay duda de que el siglo XX es el más acelerado", comentó Bob Kopp, profesor de ciencias terrestres y planetarias en Rutgers, autor central del estudio que revisó el nivel de los mares en los tres últimos milenios. "Se debe al aumento de las temperaturas en el siglo XX impulsado por el uso de combustibles fósiles". (Primera Hora (2016). Recuperado de http://www.primerahora.com/noticias/ciencia-ambiente/nota/aumentaelniveldelmarporelcalentamientoglobal-1138377/).

También se observa el Calentamiento Oceánico; “los océanos han absorbido gran parte de este aumento de calor, con los primeros 700 metros (aproximadamente 2.300 pies) de océano mostrando un calentamiento de 0.302 grados Fahrenheit desde 1969” (NASA, 2017).

Todo eso se suma a una gran cantidad de eventos extremos los cuales son muy irrefutables su tendencia a elevarse en cantidad y en intensidad como resultado de los cambios inexorables del clima consecuente a la actividad antrópica del bullying ambiental. Vivimos en una sociedad que se ha acostumbrado al consumismo y a una dependencia total de los combustibles fósiles para obtener energía; pero hay algo que se ha “decidido” ignorar: no hay un solo combustible fósil que sea limpio, hablando en términos ambientales. Hemos permitido ignorantemente que se talen millones de árboles sin mirar las consecuencias de esas acciones autodestructivas; se permite la extracción de minerales, de recursos no renovables, se permite el petróleo no convencional como el de las arenas bituminosas (mezcla de arena, arcilla, agua y bitumen), se envenena el suelo, el aire, el mar, toda el agua, tanto superficial como subterránea, y todo eso lo permitimos porque han podido más los intereses económicos que nuestra propia supervivencia. Aceptémoslo: todos hacemos parte y contribuimos al bullying ambiental.

Las arenas bituminosas han venido tomando fuerza últimamente como una alternativa a la disminución progresiva de la obtención de petróleo y como una manera de producir petróleo de una manera no convencional. Pero igualmente tiene efectos devastadores para el medio ambiente; sus consecuencias van desde extender la dependencia de los combustibles fósiles, tener efectos más contaminantes que el petróleo convencional, amenazar de manera cruel la batalla contra el cambio climático, extenderse masivamente a todo el mundo, y hasta desacelerar el necesario avance de las energías limpias y renovables. En la Figura 3 se puede observar una investigación de la Universidad Industrial de Santander de cómo era la distribución de la producción a nivel global a 2012 (y esto ha venido en aumento considerable) y de los efectos devastadores de las arenas bituminosas en el ecosistema.





Figura 3. Distribución y efectos de las arenas bituminosas (petróleo crudo sintético)

Es como Al Gore dijo en su momento: “esto es el asunto más importante de nuestro tiempo”. No estaba para nada equivocado porque desde hace muchísimo rato nuestra sociedad depende en su totalidad de los combustibles fósiles que están contribuyendo indiscutiblemente al cambio climático. Le hemos hecho mucho daño a nuestro hogar y debemos frenar el bullying ambiental porque las cosas se han salido de control y el tiempo no esperará eternamente hasta que nos concienticemos todos de que debemos hacer algo antes de que no haya oportunidad de para redimirnos ante en el Planeta Tierra.

Quisiera concluir con esta expresión: No podemos seguir tratando la vida en nuestro planeta Tierra como una fábula porque seguramente la Moraleja o Sentencia castigará a los animales protagonistas de la misma



Lista de Referencias

NASA (2010). Cambio Climático. Recuperado de https://www.nasa.gov/audience/forstudents/nasaandyou/home/climate_bkgd_sp.html

NASA (2017). Global Climate Change. Recuperado de https://climate.nasa.gov/evidence/

National Geographic (2010). El aumento del nivel del mar. Recuperado de http://www.nationalgeographic.es/medio-ambiente/el-aumento-del-nivel-del-mar

Primera Hora (2016). Aumenta el nivel del mar por el calentamiento global. Publicado el 22 de febrero de 2016. Recuperado de http://www.primerahora.com/noticias/ciencia-ambiente/nota/aumentaelniveldelmarporelcalentamientoglobal-1138377/

Wikipedia (2017). Calentamiento Global. Recuperado de https://es.wikipedia.org/wiki/Calentamiento_global

www.okamecha.blogspot.com



Autor: Omar Karim Medina Chadid
            Ingeniero Agrícola
            Máster en Gestión y Auditorías Ambientales

            Especializado en Ingeniería y Tecnología Ambiental

viernes, 2 de junio de 2017

“ACUERDOS DE PARÍS Y RESILIENCIA AL CAMBIO CLIMÁTICO”

********************************************************
Es innegable que a través del curso de la historia, el andamiaje de la naturaleza del hombre se ha caracterizado por su desdén hacia las cosas productivas, benéficas, coherentes y, peor aún, hacia aquellas que le permitirían su propia supervivencia.

A las claras se tiene a un individuo con una naturaleza complicada que lo mueve a realizar acciones que atentan no solo contra su permanencia en el planeta, que se nos fue prestado, sino también para la sostenibilidad de los recursos que necesitarían nuestros descendientes. Esta manera egoísta de actuar es la que precisamente mantiene a los seres humanos en unos profundos desequilibrios en todos los ámbitos que sostienen su existencia.

El reloj de la vida marca rápidamente el cruce por el puente de nuestra existencia y claramente perdemos la batalla por la indiferencia con la que tratamos al medio ambiente, frente a la disminución y/o pérdidas indudables de los recursos naturales que erróneamente creemos que son nuestros e interminables; permitimos que aquellos que se creen con el derecho de ejercer acciones en las que se antepone la supervivencia económica por encima de la supervivencia de la vida, gobiernen y actúen más severa y efectivamente en una muestra clara del egoísmo propio de la naturaleza complicada de los seres humanos.

A través de la historia, hemos visto que se trata de hacer acuerdos que permitan la convivencia entre los individuos y poco importa si esos tratados contengan acciones que promuevan el seguir en el planeta sin las consecuentes alteraciones que le hemos provocado. De nada sirve que se comprometan a ejercer prácticas para reducir la contaminación si se está sometido a la maquinaria económica que está detrás del poder, a la sentencia nefasta del uso de los combustibles fósiles hasta las últimas reservas posibles. No son efectivos estos acuerdos sino existe un verdadero compromiso para frenar las actividades que vayan en contra de los recursos que le permitirían a las sociedades futuras una sostenibilidad en el tiempo sin miramientos ni jerarquizaciones económicas.

Pero, ¿quién dijo que el proteger el ambiente no es una ganancia económica, además de física, social y ambiental?





Uno de esos Acuerdos que tratan de juntar a un planeta que claramente llora por lo que le hacemos de manera directa e indirecta, es el negociado durante la  XXI Conferencia sobre Cambio Climático (COP 21) por los 195 países miembros, adoptado el 12 de diciembre de 2015 y abierto para firma el 22 de abril de 2016 para celebrar el Día de la Tierra. Conviene decir que el fin exclusivo de este pacto, denominado “Acuerdos de París” - conforme al propio texto del instrumento internacional, tal como se enumera en su Artículo 2 -, es: "reforzar la respuesta mundial a la amenaza del cambio climático, en el contexto del desarrollo sostenible y de los esfuerzos por erradicar la pobreza". Para poder llevar a cabo lo que allí se dice, se propuso realizar tres acciones específicas:

  •     Sostener el incremento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2°C comparados con los niveles preindustriales, y redoblar los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5°C con respecto a los niveles preindustriales, reconociendo que ello reduciría considerablemente los riesgos y los efectos del cambio climático;
  •     Acrecentar la capacidad de adaptación a los efectos adversos del cambio climático y promover la resiliencia al clima y un desarrollo con bajas emisiones de gases de efecto invernadero, de un modo que no comprometa la producción de alimentos;
  •     Elevar las corrientes financieras a un nivel compatible con una trayectoria que conduzca a un desarrollo resiliente al clima y con bajas emisiones de gases de efecto invernadero.


Recordemos que la capacidad de resiliencia que tiene un ecosistema en especial, está fuertemente relacionada con la destreza y con la riqueza de las especies para soportar un impacto o una perturbación determinada de tal forma que le permita regresar a las condiciones previas a esa perturbación. Es decir, que este sistema tendría resiliencia si, a pesar de verse sometido a esas perturbaciones o alteraciones, es capaz de seguir existiendo y funcionando esencialmente de la misma manera.

Pero me gustaría que hiciéramos las siguientes reflexiones: ¿es posible la resiliencia al clima si se sigue actuando de manera egoísta ante nuestro propio futuro y ante la sostenibilidad de las generaciones futuras? ¿existe la posibilidad de que se consiga la resiliencia al cambio climático si lo que se observa es que a diario se atentan contra los recursos naturales de una manera despiadada ante la mirada indiferente de una sociedad que se niega a creer en que es necesario y relevante no llegar al punto de inflexión que le negaría la sostenibilidad y la supervivencia a ese mismo ser humano de naturaleza complicada? ¿hasta cuándo vamos a esperar para tomar verdaderas acciones, que sean eficientes y reales en materia de protección, de conservación, de mitigación de tal manera que se evite la destrucción total?

No es de mi naturaleza el mostrar pesimismo o una visión apocalíptica de los hechos, pero sí creo firmemente que debemos ejercer nuestro derecho a vivir en justas condiciones, en amables y respetuosas interacciones con los recursos naturales y en armonía con la vida. Creo que el anuncio, este pasado 1 de junio de 2017, por parte del Presidente Donald Trump (con su "particular" naturaleza complicada) de la retirada de Estados Unidos de este Acuerdo - debido sus promesas de campaña en pro de los intereses económicos de la nación y de sus grupos económicos particulares a los que no les importa nada sino su capital económico y el poder tras el poder - es una oportunidad para que el mundo despierte y vea cómo los intereses privados de algunas empresas económicas manejan como títeres al resto de las personas porque su indiferencia se los permite. Es una ocasión para que el mundo entero vea que los Acuerdos solo serán útiles y efectivos si se cumple valientemente con lo pactado y se encamina a esa resiliencia de la cual tanto se ha hablado.

Este compromiso no es solo de los países desarrollados; recordemos que todos debemos poner nuestro granito de arena para garantizarle a nuestros hijos su supervivencia. ¡Entre todos podemos!.



martes, 28 de marzo de 2017

"Torre de Bambú" (Warka Water) --- Recolector de agua del aire húmedo...

********************************************************

Se hace referencia a una torre de bambú cubierta en el interior por una red de seda. Mide cerca 10 metros, de acuerdo con el prototipo, y puede generar hasta 100 litros de agua diarios. Conserva cerca de 3.000 litros. Su construcción es manual y toma como máximo 10 días y 10 personas.

Esta estructura almacena el agua lluvia, decanta la neblina y convierte la humedad del viento en goticas que luego son hilos de agua para abastecer a las comunidades más necesitadas. Vittori lo diseñó en el 2012 en su laboratorio en Italia y hace un año llevó un prototipo a una villa de Etiopía donde se está haciendo el proyecto piloto.


El proceso es sencillo: Como el aire contiene cierta cantidad de agua, lo que se busca es tratar de tocar el agua del aire y "llevarla" a la estructura. Para esto se conjugan dos elementos de tal forma que su proceso sea simple: (1) es el agua lluvia que es algo muy sencillo, porque es el agua que nos cae del cielo y es un elemento muy precioso para nosotros y se recolecta de manera que sea seguro. (2) es la neblina, que es otro fenómeno menos evidente que la lluvia, pero se asemeja. La neblina tiene goticas de agua que son muy pequeñas como para que caigan por la gravedad y entonces a través de la adición de esas partículas formamos una más grande para poderlas recolectar.

Hay otra técnica para recolectar el agua que es la condensación. La condensación funciona con diferentes temperaturas durante el día y la noche y con la humedad del aire. Por la diferencia entre la temperatura, lo que hace la estructura del Warka, que tiene una red, es producir pequeñas gotas que se van agradando y van formando un pequeño hilo que fluye hacia abajo por la forma del embudo. En el centro de la estructura se concentra el agua en un tanque.

El inventor Arturo Vittorir dice que "El proyecto Warka Water imita lo que ya hace la naturaleza. Podemos ver eficientes ejemplos de cómo la naturaleza recolecta el agua del medioambiente. Podría enumerar todo tipo de plantas e insectos que así lo hacen. Al estudiar y analizar este comportamiento y emulándolo, e incluso complementándolo, podemos utilizar el mismo enfoque para recolectar agua del aire. Pero no solo debemos imitarla, debemos asegurarnos de ser mejor que la naturaleza". 

La cantidad de agua que puede abastecer la torre Warka Water depende del consumo de la comunidad y su cultura y de las condiciones físicas del agua. Hay comunidades que toman muy poca agua y solo con tener la torre de Warka Water pueden abastecerse. Puede ser utilizada por cerca de 3 a 4 familias, pero dependerá del uso que tengan, porque si lo usan para alimentar los animales o para limpieza es otra cosa, pero si se usa como debería, un promedio de 3 litros de agua es suficiente. 

Es mejor pensar la utilidad del Warka Water como una solución paralela de abastecimiento de agua. Es mejor tener otra fuente agua, porque si algún problema se puede pensar en alternarlos. Pero muchas veces no existe una sola fuente de agua en los lugares a donde vamos. 
Fuente: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-16517513


Ver video en:
https://www.facebook.com/omar.chadid/posts/10212362925805148?notif_t=like&notif_id=1490730618309811

https://www.facebook.com/yooDesignStudio/videos/10154052675781044/